sábado, 12 de julio de 2014

RECOGIDA DE PACAS





Uno encuentra a alguien que tiene pacas, llega a un acuerdo con él, alquila una furgoneta, se busca a unos cuantos colegas y se hace el traslado del sembrado a la finca. ¿Fácil, no? Bueno pues no. Con este tema he estado ocupada nada menos que séis días: cuando tenía colegas fornidos y furgoneta, resulta que faltaban 23 pacas, cuando parece que tenía todas las pacas y los cargadores, no había furgoneta... El caso es que al final hemos tenido que hacer el traslado de las pacas Ana y yo solas y sin poder terminar porque esas 23 que faltan no sabemos dónde están.
Nos hemos levantado a las 2:30 de la mañana, hemos recogido la furgo en Torrejón y de ahí al sembrado. Os podéis imaginar que cuando hemos llegado estaba oscuro como la boca del lobo. Bueno, no es cierto, la luna está casi llena, así que algo de luz había. Después de dar unas cuantas vueltas hemos logrado encontrar el campo en donde nos esperaban nuestras bonitas 57 pacas. A las 5:30 hemos empezado a cargar y después de dos viajes cargando y descargando, hemos terminado 3 horas después.
Después ha llegado Salud con una hermosa botella de té japonés y unas galleticas que nos han venido estupendamente para recobrar las fuerzas.
En fin, ya está. Primera prueba superada

Como dice Geles, sobre el papel resulta fácil.... "recogida de pacas", sí sí... pero la vida recuerda a veces el famoso chiste: "cuando hay mierda no hay cubo y cuando hay cubo no hay mierda". Así que nos hemos visto en una de las situaciones más chuscas de nuestra vida juntas (y mira que las hemos tenido de todos los colores): a las 5 y media de la mañana, con tres horas de sueño en el cuerpo, en plena campiña alcarreña, dos respetables profesoras de cuarentaypico de años en medio de un sembrao con una fragoneta alquilada, buscando a la ¿luz? de la luna un montón de pacas de paja. Nos faltaba la casette de los Chunguitos....
Así que venga paca y venga pajas, que no os hacéis idea de cómo pica todo... y con todo me refiero a TODO, sí sí, eso y aquello también, que llegas a casa y te vas a duchar y se te cae medio belén de las bragas... En tres horitas y dos viajes nos hemos metido 57 balas de paja en la fragoneta, nos hemos ido hasta la huerta, las hemos descargado y las hemos apilado en el bello murete que véis arriba, 57 balas como 57 soles... ¿os he dicho ya que cada una pesa entre 10 y 20 kilos? Pues eso. Que somos unas monstruas.
Ahora, para monstrua supermonstrua, la única e irrepetible, la más grande: la SÁLU... Mi amiga del alma desde hace la torta de años, que se ha venido recién despertada a ayudarnos con las tres últimas pacas, a barrernos la paja de la furgo y a traernos un té y unas galletas de ésas de resucitar. GRACIAS GRACIAS GRACIAS.
Hala, mañana más. Bueno, no, PASADO mañana más. Y por favor, CON más.... ehemmmmm.....


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