Comenzamos con el revoco. Este paso me ha dado muchos quebraderos de cabeza hasta decidir qué tipo de revoco poner. Este invierno hicimos varias pruebas con diferentes proporciones de arena, paja y tierra, y vimos que la mejor era 1:2:2 Hay que decir que la tierra de aquí es arcilla prácticamente pura. Ésta proporción quedaba en la muestra dura como una piedra y espero que siga comportándose así en la pared. Hace unos días tuve la tentación de echar algo de cal apagada, pero no quise improvisar nada sin probarlo antes. El tiempo nos dirá si hemos acertado.
El trabajo es agradable aunque preparar la bañera de barro es costoso y mucho. Hemos tenido la suerte de tener ayudantes para comenzar.
Para rematar la pared, en el zuncho hemos clavado unos clavos en la madera. Si no hacemos esto el barro no agarra.
El grosor del revoco es de 2,5 cm aproximadamente. Como tiene mucho peso, hemos instalado en la parte de abajo un vierteaguas de ese grosor.
El resultado es este
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